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    Categories: Impresoras

Mirando al futuro: El papel de las fábricas de impresión 3D en la nueva industria

Industria 3D

El advenimiento de la nueva era tecnológica ha traído consigo multitud de cambios a una velocidad, en ocasiones, poco asumible. El futuro se acerca a nosotros cada vez más rápido y, pese a que algunos vean esto como algo amenazante, la realidad es que debemos vivirlo como una época de oportunidades en la que los adelantos en todos los campos pueden traer consigo enormes ventajas. 

En el terreno de la nueva industria, la que se conoce como industria 4.0, la introducción de novedades tecnológicas está trayendo consigo grandes adelantos. En el artículo de hoy queremos acercar estas innovaciones de manera asequible para tratar de comprenderlas y, así, mirar de cara al futuro no con miedo, sino con ilusión.

Las fábricas de impresión 3D como herramienta de producción de la industria 4.0

Hemos sido testigos a lo largo de los últimos dos años publicaciones en medios especializados y de calidad relacionados con la instauración de “Fábricas de impresión 3D”. La esencia que vertebra estas propuestas gira en torno a convertir dichas fábricas en herramientas de producción de la industria 4.0. Se trata de aunar las tecnologías de fabricación aditiva (equipos de escritorio, generalmente), que podrían dar lugar a una solución a medio camino entre la nueva impresión 3D y la fabricación en serie de siempre.

En este punto es inevitable que emerja una pregunta teniendo en mente las diferentes burbujas que se han dado en este sector: ¿La introducción de esta nueva tecnología supondrá un avance real o nos encontramos, de nuevo frente a otra burbuja?

Bien, la respuesta puede ir de la mano de la nueva propuesta modular de fábrica de impresión 3D, The Continuous Build 3D Demonstrator, diseñada por Stratasys. Este tipo de fábrica generaría un sistema automatizado de producción mediante el empleo de impresoras de tecnología FDM; es decir, unas máquinas que ofrecen la posibilidad de apartar por sí solas el material impreso y continuar con sus labores de impresión.

No cabe duda que la propuesta de Stratasys se ha basado, en cierta medida, en una proposición anterior con muchas similitudes, como la popular Voodoo Manufacturing. Por su parte, Voodoo Manufacturing se basa en un tipo concreto de fábrica de impresión 3D que funcionaría a través de diversas combinaciones de equipos de la marca Makerbot, sobre todo de su modelo Replicator 2.

En este terreno existen numerosas propuestas, como la que empuña el sistema Print Pod, perteneciente a la marca Type A Machines, o el cluster de impresoras de LulzBot 3D printers; también es posible encontrar este tipo de proposiciones –llevadas a la práctica y comercializadas- de la mano de la empresa europea AMS Print Factory; estos últimos, máquinas muy potentes compuestas por equipos de tecnología FDM (marca Makerbot o Ultimaker) así como también máquinas de tecnología SLA (marca Formlabs).

No cabe duda que hay grandes distinciones entre las diferentes proposiciones de fábricas de impresión 3D; ya que se enfrentan las impresoras de modelos Rep-Rap y la ideada por la marca Stratasys. Es decir, estamos hablando de una enorme variación de precio: desde el coste de las bobinas de filamento (con una diferencia brutal entre las que se emplean para uso genérico y las de uso industrial, casi de un 400%), pasando por el precio de los repuestos, la posibilidad de acceder a un servicio técnico cercano o las restricciones a la hora de escoger materiales.

En definitiva, debemos prestar especial atención a todos estos datos, ya que teniendo en cuenta los costes de adquisición, mantenimiento y producción de las fábricas compuestas por impresoras de modelos Rep-Rap, nos podemos ahorrar una buena cantidad en el presupuesto lo que, a la larga, nos va a generar una importante ventaja competitiva.

Pero no solo el coste es importante…

Los factores a los que hemos atendido en líneas precedentes son esenciales a la hora de escoger un sistema de producción, pero no son los únicos. Existe una variable que cuenta con un peso específico muy a tener en cuenta: la fiabilidad. Es cierto que puedes conseguir los mejores equipos en cuanto a precio, comodidad de un servicio técnico cercano, etc, sin embargo, si no puedes confiar en los equipos que integran la fábrica, probablemente pierdas una considerable cantidad de tiempo y dinero.

En este sentido, han emergido diversas marcas como Upbox o Zortrax que se encargan de poner a la venta diversos equipos de impresión con sus propios consumibles, y hardware y software creados por ellos mismos; si bien es cierto que esto encarece el precio de la impresora final, aportan un importante valor añadido: la fiabilidad.

A la vista de los datos… ¿Cuál es la mejor fábrica de impresión 3D?

Por ahora, no hemos podido encontrar en el mercado actual ninguna proposición de fábrica que se amolde a todos los requerimientos de producción; de hecho, debemos avisaros de que, aquella marca que afirme que tiene la propuesta perfecta sin antes haber estudiado de manera pormenorizada los diferentes sectores objetivos, la localización estratégica y las necesidades concretas de tu empresa o la de tu cliente, no os está diciendo la verdad y puede haceros perder una gran cantidad de tiempo y dinero.

Teniendo en mente los ejes que articulan la nueva industria 4.0 y las “fábricas inteligentes” (“smart factories”), que desde un principio han nacido para amoldarse a los requerimientos y a los procesos de producción, debemos señalar que un grupo de equipos cuyas capacidades se limitan a imprimir con ciertas capacidades técnicas muy concretas, todavía no pueden considerarse como adaptables.

En definitiva, una fábrica inteligente de impresión 3D, para poder considerarla de manera correcta como una posible herramienta de producción para la industria 4.0, es necesario que se base en un equilibrio de tecnologías que puedan complementarse entre sí, de manera que nos pueda ofrecer una interesante variedad de posibilidades para nuestro sistema de producción pero, eso sí, amoldado a nuestros requerimientos y a nuestro bolsillo.

Si bien estamos algo lejos todavía, no cabe duda que nos encontramos en el camino correcto.

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